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sábado, 22 de diciembre de 2012

Navidad y familia.


Un año más, nos encontramos en la época de las ilusiones, de la disposición a nuestra entrega, nuestros propósitos de crecimiento y mejora como personas… Sabéis, por otro lado, que nuestra Escuela se caracteriza por su ideal cristiano y esta es una gran ocasión para reflexionar, también en ese aspecto, si nuestras acciones trascienden el mero criterio de la tradición y la costumbre. Este no es un post presentado exclusivamente en una línea docente, queridos papis; seguramente no está orientado a todas las familias de nuestras fieras, quizá porque en ese sentido concreto (el de la formación cristiana) no todos compartáis esos criterios de formación. Aun así, permitidnos que seamos fieles a nuestro ideal e incluyamos aquí unas sugerencias para estas fechas que persiguen la reflexión interna en ese sentido.

Estos días es conveniente reflexionar sobre el tiempo de Adviento: quedan pocos días para rememorar que un niño nace, un hecho que sella la identificación de Dios con el hombre. Pero es una época para orientar nuestros actos tanto en esa introversión propia como en la extroversión y, en este sentido, es bueno que pensemos en propósitos orientados a facilitar, acomodar, beneficiar a aquellos que nos rodean.

Puede ser un buen momento para escribir una felicitación de Navidad a aquella persona de la que nos encontramos alejados. Quizá conocemos alguna persona que en estos momentos está atravesando por un periodo de necesidad (y no nos referimos únicamente a la necesidad material: posiblemente sólo espere un detalle de cariño, que para él/ella constituye un gran regalo). Puede que esa persona se encuentre sola, que no tenga la cercanía de las personas que quisiera… y nosotros podemos ser un apoyo anímico importante.

Los regalos de estos días alcanzan normalmente el entorno de nuestra familia. Sin embargo, quizá sea un buen momento de proponerse extender un poco más ese círculo de generosidad, quizá por medio de nuestra parroquia (aceptarán con agrado un regalo para algún niño más necesitado) o posiblemente una residencia de ancianos sea un buen destino para ese gesto. Sería conveniente que en estos detalles participasen nuestros hijos, quienes verán otra forma diferente de poner en práctica esa virtud de la generosidad. ¿Tenéis empleada de hogar? ¡Qué gran momento para tener un buen detalle con esa persona! No como una gratificación extraordinaria sino como el reconocimiento a su persona y su trabajo.

Mucho se habla del espíritu de reconciliación durante estas fechas. ¿Por qué no “renovarlo” de forma más intensa? Y os decimos “renovarlo”, queridos papis, porque ese es un concepto que jamás deberíamos perder de vista y promover constantemente en toda época del año. Es cierto que nuestros alumnos son todavía demasiado pequeños pero esta es una excelente época para evocar el perdón y el acercamiento. Cuando crezcan, cuando sean mayores, quizá hayan ido viendo en casa desde su niñez las bondades de este proceder, ¿verdad?

¿Os acordáis del no muy lejano día de Halloween? Bueno, nosotras no vamos a ir a contracorriente de las tendencias que van instaurándose en nuestras tradiciones, es cierto, aunque tenemos que confesar que personalmente somos más del día de “Todos los Santos”. Pero si bien en aquellas fechas la tradición dice que los niños van de casa en casa pidiendo dulces y caramelos… estas son unas fechas en las que la entrega es la actitud por excelencia. Quizá podamos sorprender con agrado a nuestros vecinos obsequiándoles con algunos dulces, unas pastas, algo que hayamos preparado personalmente nosotros y que acompañe esa felicitación de las fiestas…

Es cierto que para muchos son fechas muy nostálgicas pero, queridos papis, en esta vida hay que dedicar esfuerzo para casi todo y esta circunstancia también lo requiere. Es bueno evocar momentos felices (del presente y del pasado) permitiendo que estos se hagan los protagonistas en nuestras reuniones familiares “acotando” el terreno de la pesadumbre por las ausencias que todos, sin excepción, sufrimos. La alegría es elemento sintomático de estas fechas y por ella tendríamos que situar en un plano “positivista” también a aquellos que nos faltan. De esta forma, nuestros hijos intuyen que el entorno queda imbuido de alegría a pesar de las circunstancias porque, en definitiva, convendréis que ellos lo merecen, ¿verdad?

Y hablando de reuniones familiares, conviene no dejar manga ancha al exceso. No, no se trata de imponer una obligada austeridad en sintonía con los tiempos, pero nuestras compras deben ser “sometidas a control”. También en este aspecto nuestras fieras tienen mucho que aprender y es algo que (sin duda alguna) será altamente beneficioso en sus vidas. Pensemos en regalos bien orientados: olvidemos ese aspecto de “obligatoriedad” por las fechas y otorguemos a nuestros detalles, junto a los envoltorios, ese afecto que no debe faltar en el hecho de regalar. Nuestros hijos aprenderán mucho más sobre el beneficio de la entrega.

No olvidemos que el tiempo en familia es importantísimo en estas fechas. Son momentos de encuentro, de cercanía, de afectividad… Pero sobre todo, son momentos de agradecimiento y no sólo a nuestro entorno inmediato sino también (permitidnos de nuevo que aquí lo expresemos) por el determinante significado del nacimiento de un niño Dios.

¡Feliz Navidad en familia, queridos papis!

Fuente: el equipo de “Mis Amigos”.

sábado, 15 de diciembre de 2012

La influencia del arte en los aspectos cognitivos.

Esta vez nos ha llamado la atención la reivindicación que algunos especialistas hacen sobre la influencia del arte en el proceso cognitivo del niño. Para ellos, el arte es una actividad dinámica y unificadora, con un rol potencialmente vital en la educación del niño. Y es que para el niño, el arte es algo más que un pasatiempo: es una comunicación significativa consigo mismo, es la selección de todas las cosas de su medio con las que se identifica y la organización de todas ellas en un todo nuevo y con sentido, pues un niño expresa sus pensamientos, sus sentimientos y sus intereses en los dibujos y pinturas que realiza. Su expresión tiene para él tanta importancia como para nosotros, los adultos, la creación artística.

Las distintas influencias en diversos desarrollos cognitivos de los niños serían:
  • En el desarrollo emocional o afectivo: un niño que afectiva y emocionalmente es libre y no está inhibido respecto a la expresión creadora se siente seguro para afrontar cualquier problema que derive de su experiencia. Se identifica con sus dibujos y se siente independiente para explorar y experimentar, no teme, no comete errores, no se preocupa por el éxito o la gratificación. La experiencia es suya y la intensidad de compenetración proporciona un factor importante en este desarrollo emocional o afectivo.
  • En el desarrollo intelectual: el factor de expresión artística pueden darnos indicios a las profesoras para comprender problemas que puedan surgir en otros campos de la expresión. En efecto, nosotras podemos ayudar a los niños a desarrollar una relación sensorial con sus dibujos y estimular la toma de conciencia de las diferencias existentes en su entorno. Es importante, dicen los expertos, mantener un equilibrio entre este desarrollo (emocional o afectivo e intelectual) y el arte puede realizar esta función a través de motivaciones apropiadas.
  • En el desarrollo físico: en el trabajo creador de un niño se revela su desarrollo físico por  su habilidad para la coordinación visual y motriz, por la manera en que controla su cuerpo, la forma en que guía su grafismo y cómo ejecuta ciertos trabajos. Los niños con carencias o dolencias suelen proyectarlas en su trabajo creador. La exageración o la emisión reiterada de ciertas partes del cuerpo pueden vincularse con el desarrollo físico de la persona.
  • En el desarrollo perceptivo: el desarrollo perceptivo se reserva en la creciente sensibilidad a las sensaciones táctiles y de presión (textura, amasado, apreciación de cualidades, de superficies y textura en diferentes forma artísticas) y en el complejo campo de la percepción espacial (a medida que el niño crece, el espacio se extiende y cambia). Y en cuanto a la audición, las experiencias auditivas varían desde el simple conocimiento de sonidos hasta experiencias musicales transformadas en expresiones artísticas.
  • En el desarrollo social: los trabajos de creación de niños con espíritu de cooperación son conscientes de su responsabilidad social y muestran un evidente sentimiento de autoidentificación con sus experiencias y las de otros. Los niños en inferioridad de condiciones desde el punto de vista social (reprimidos en sus deseos de participación) demuestran aislamiento desde el punto de vista creativo mediante la falta de capacidad para correlacionar sus experiencias y las de otros.

Dado que en nuestra Escuela somos perceptivas en los detalles que afectan al desarrollo de nuestros alumnos, las conclusiones que aporten evidencias significativas son siempre sometidas a consideración y análisis (no lo olvidéis: para ello contamos en el equipo con una estupenda pedagoga como es la “seño” Ana).

¡Hasta el próximo post, queridos papás!

Fuente: “El desarrollo del pensamiento creador por medio de la práctica del dibujo”. Irma del Prado, 2010. 

sábado, 8 de diciembre de 2012

Un test de capacidades.


En este post queremos proponeros un test que, de manera particular y en situaciones cotidianas, pueda serviros para que también vosotros, queridos papás, llevéis a cabo una comprobación aproximada en la evolución natural de vuestro hijo. Es una relación de capacidades vinculadas a la edad y no pretende, ni muchísimo menos, ser un sustitutivo de los criterios de evaluación del Centro ya que la actividades y la orientación de este abarca el seguimiento diario y puntual de otras muchas capacidades sensitivas, emocionales, cognoscitivas, innatas o de adquisición, etc. Por eso no os debéis “alarmar” en caso de que algunas de las capacidades aquí reflejadas no hayan sido todavía adquiridas con cierta destreza por vuestro hijo. Tened en cuenta que cada niño es (y hemos sido) todo un mundo con acepciones distintas a los demás.

3 MESES.
  • Sigue con la vista objetos muy pequeños.
  • Atiende a sonios no estridentes (voz normal).
  • Balbucea.
  • Dirige la mano hacia el objeto.
  • Se incorpora sobre sí mismo con los antebrazos.
  • Sonríe ante cualquier persona.
  • Ríe fuertemente (da gritos de alegría).
  • Juega con los objetos que le son familiares.
  • Sujeta y es capaz de soltar un objeto.
  • Juega con sus manos, las mira…


6 MESES.
  • Busca juguetes fuera de su alcance visual.
  • Conoce las voces más familiares.
  • Aprecia sonidos significativos.
  • Comienza a desarrollar la pinza digital (coger con pulgar e índice).
  • Se mantiene sentado recto con soltura.
  • Avanza algo gateando.
  • Emite sílabas bien definidas (da, ba, ca…)
  • Habla con su imagen en el espejo.
  • Trata de tocar su imagen en un espejo.

9 MESES.
  • Consigue ponerse de pie.
  • Intenta dar algún paso él solo.
  • Pinza digital fina.
  • Imita sonidos con perfección.
  • Dice “papá, mamá”.
  • Puede jugar sentado con varios objetos.
  • Palmadas, gestos de adiós…

12 MESES.
  • Camina solo o llevado de la mano.
  • Sube gateando una escalera.
  • Cinco a diez palabras.
  • Sólo tres a cinco palabras con significado.
  • Solo cumple órdenes simples (“dámelo”).
  • Hace garabatos espontáneamente, o después de una demostración.
  • Intenta hacer torres.
  • Se agacha y se levanta sin caerse.

18 MESES
  • Cumple órdenes más completas (“lleva esto allí”).
  • Sube escaleras sin ninguna ayuda o apoyándose.
  • Es capaz de desplazar un objeto repetidamente con el pie.
  • Arroja objetos con cierta precisión a corta distancia.
  • Vocabulario de hasta 10 – 20 palabras simples.
  • Puede imitar plazos verticales (“palotes”).
  • Transporta un vaso medio lleno sin derramar.
  • Bebe en vaso sin derramar.

24  MESES.
  • Sube y baja escaleras, corre bien.
  • Salta varias veces seguidas sin caerse.
  • Salta con los dos pies juntos, sin ayuda.
  • Captura un balón dos de cada cinco veces.
  • Señala y conoce todas las partes externas de su cuerpo.
  • Distingue sus miembros dobles (una mano, la otra).
  • Imita circunferencias (redondos).
  • Imita un trazo vertical y uno horizontal.
  • Frases de tres y más palabras con algún verbo.

28 MESES.
  • Intenta sostenerse sobre un pie, a veces lo consigue brevemente.
  • Abre y cierra tapas de rosca.
  • Utiliza pronombres y tiempos verbales, pasado y presente con corrección.
  • Conoce y define los objetos por su uso.
  • Comienza a manipular regularmente con una mano.
  • Sabe ponerse las zapatillas.
  • Ayuda a vestirse.
  • Vierte agua de un vaso a otro derramando un poco.

36 MESES.
  • Sube y baja escaleras como un adulto, alterna los pies.
  • Es capaz de montar en bicicleta.
  • Equilibrio sobre un pie más prolongado.
  • Es capaz de copiar un círculo y una cruz.
  • Hace oposición entre opuestos (alto-bajo / arriba-abajo…)
  • Cumple dos o tres órdenes simultáneas.
  • Vierte agua de un vaso a otro sin derramar.
  • Repite ordenadamente “uno, dos y tres”.
  • Monta en triciclo usando los pedales.
  • Tiene concepto claro de uno y dos.

Queremos insistir en que este test sólo es orientativo y no persigue objetivos definidos. Además, como comprobaréis en las evaluaciones, los registros que se os presentarán abarcan áreas curriculares más globales y definidas. No son capacidades que deban cumplirse a rajatabla en todos sus puntos y un análisis exhaustivo siempre se lleva a cabo diariamente en la Escuela, que promueve las tutorías sobre vuestros hijos.

¡Hasta el próximo post, queridos papás!

Fuente: Novellón, L. “Desarrollo psicomotor” (2007).

domingo, 2 de diciembre de 2012

Educación "saludable"


Toda Escuela debe desarrollar bloques de contenidos en los que prime el aprendizaje de actitudes y procedimientos para dar cabida a conceptos de estilos de vida saludables. De forma intrínseca, existe otra manera de enseñar y de aprender, que deriva de esa especie de “proyecto curricular oculto” y que forman un conjunto de valores, normas y actitudes que de una manera implícita están presentes y conforman el entorno escolar.

En efecto, actitudes docentes, valoraciones prioritarias, disposición al diálogo, ambiente general del Centro, limpieza de las instalaciones, actividades propuestas, grado de cumplimiento de normas vigentes… conforman un entramado de contenidos a los que no se alude concretamente en nuestra programación pero (no tengáis duda de ello, papás) de lo que los alumnos toman buena nota. ¿De qué forma? Ellos irán estableciendo interiormente una serie de pautas en función de la influencia social de su entorno sobre sus propias conductas y manifestarán las mismas según hayan ido adquiriendo hábito y aprendizaje.

Tened en cuenta que la educación para la salud en un proyecto curricular es considerada un tema transversal pues, de hecho, está presente en el ámbito “Identidad y Autonomía Personal” (aprendizaje y adquisición de hábitos), en el “Medio Físico y Social” (prevención, contagios, causas…) y en la “Comunicación y Representación” (refiriéndonos aquí al campo de la salud mediante la comunicación oral, corporal, lógica…).

Pero evidentemente, la tarea de educar para la salud no es patrimonio exclusivo del sistema educativo: el ambiente familiar es decisivo para los niños y se impone una colaboración permanente entre familia y Escuela. Por ello, papás, pondremos a vuestra disposición el Plan Escolar y fomentaremos en las tutorías el intercambio de pareceres en este sentido. De momento, exponemos ahora determinadas actitudes y hábitos referidos al descanso, higiene y actividad infantil que, según los expertos, deberían ser de aplicación:

  • Sobre el descanso:  es muy importante dormir un número determinado de horas para poder mantener una actividad normal durante el día. Hasta los 5 años, el niño debería dormir la siesta preferiblemente después de la comida. A los 6 meses, el sueño es de más de 15 horas diarias y al año alrededor de 13-14. De 2 a 3 años, al niño duerme de 1 a 1’5 horas durante el día y más de 12 durante la noche. No debe dormir en la misma habitación que los adultos y para ello los padres deben mantener firmeza (así como en el mantenimiento del horario). Pero cuidado: nunca debe asociarse la cama con un castigo, debiendo promoverse la alegría y la seguridad (por ejemplo, mediante la lectura de un cuento) en ese momento.
  • Sobre la higiene:  el niño debe aprender lo antes posible a llevar a cabo la limpieza personal por sí mismo. El baño diario debe ser dirigido y ayudado por los adultos de forma que el niño se implique poco a poco. La limpieza debe constituir una fuente de satisfacción y una buena iniciativa puede también ser enseñar el correcto uso del cepillo y pasta dentífrica. En este último sentido, es necesario corregir los malos hábitos que tengan repercusión en la boca (como chuparse los dedos, comerse las uñas, respirar por la boca…).
  • Sobre la actividad física y en cuanto al grupo que a nuestro ciclo compete (0 a 3 años), los movimientos son más globales sin finalidad específica: el motivo del movimiento no le es tan placentero como el movimiento en sí mismo. En cualquier caso, no debe obligárseles a permanecer inmóviles durante un tiempo excesivo ya que ello va en contra de su desarrollo.

Son muchos los consejos sobre salud, higiene y actividad que los expertos relatan (sería este un post extensísimo), por lo cual hemos detallado únicamente –a modo de referencia- los que hemos considerado más relevantes. Y aunque ya hemos hablado en otro post sobre ello, en otra ocasión os detallaremos una serie de reglas para la formación de hábitos.

¡Hasta el próximo post, queridos papás!

Fuente: Novellón, L. “Salud e higiene en la actividad de los niños” (2008).

sábado, 24 de noviembre de 2012

Las áreas curriculares en la Educación Infantil


Como podréis observar en las evaluaciones trimestrales que durante los cursos se llevarán a cabo, los bloques se estructuran en 3 grandes grupos principales de acción pedagógica que constituyen el “ámbito de experiencia”.

Esta expresión -ámbitos de experiencia- no es casual y se contrapone con los conceptos de “área de conocimiento” y de “asignatura”, que vuestros hijos cubrirán en tramos educativos posteriores a los de nuestro Centro (es decir, cuando “sean mayores”). Lo que se quiere significar con esta expresión “ámbito de experiencia” es que estamos más ante actividades que los niños han de realizar para lograr determinados objetivos educativos que ante conceptos o contenidos que han de ser transmitidos por adultos. Sin embargo, no podemos obviar el carácter de globalidad de lo que nuestros alumnos hacen o aprenden, lo que evidentemente no se opone –y más bien propone- a que nuestras profes persigan objetivos más específicos en la educación y desarrollo de una actividad u otra.

Pues bien: esos tres conocidos grupos que os presentamos en las evaluaciones tienen su por qué y vamos a pasar a explicarlos.

  • Identidad y Autonomía Personal: hace referencia al progresivo conocimiento que los niños van adquiriendo de sí mismos, a la autoimagen que a través de este conocimiento va configurándose y a la capacidad para utilizar los recursos personales que en cada momento dispongan. En este proceso de identidad y autonomía resultan relevantes, además de la calidad de las interacciones del niño con el entorno, el creciente control motor, la constatación de sus posibilidades y limitaciones, el difícil proceso de diferenciación de los otros y la cada vez mayor independencia con respecto a los adultos. Los contenidos de este ámbito vienen recogidos en 4 bloques: el cuerpo y el movimiento; el conocimiento e imagen de sí mismo; la salud y el cuidado de sí mismo; y la vida en sociedad.

  • Medio Físico y Social: ligado necesariamente al anterior, hace mención a la ampliación progresiva del medio del niño y al conocimiento de la realidad física y social que debe poseer. Este conocimiento implica, además de una determinada representación del mundo, la existencia de sentimientos de pertenencia, de respeto, de interés, de valoración de todos los elementos que lo integran. Los contenidos de este ámbito vienen recogidos en 3 grupos: el acercamiento a la naturaleza; el acercamiento a la cultura; y los objetos y la actividad con ellos.

  • Comunicación y Representación: su sentido fundamental es la mediación en las relaciones entre el individuo y el medio. Las distintas formas de comunicación y representación (verbal, gestual, musical…) sirven de nexo entre el mundo interior y el exterior. Son instrumentos que posibilitan las interacciones, el conocimiento y también la representación, así como la expresión de pensamientos, sentimientos, vivencias… El desarrollo de los aspectos comunicativos, lingüísticos y expresivos guarda, por tanto, una relación estrecha con el de los considerados en las áreas anteriores. Los contenidos de este ámbito vienen recogidos en 5 grupos: expresión corporal; expresión plástica; expresión musical; uso y conocimiento de la lengua; y expresión matemática.


Esta es la estructuración de un proyecto curricular. Sin embargo, queridos papás, hay algo que las profes no vamos a eliminar de nuestra particular perspectiva: a pesar de estructuraciones, definiciones y bloques de conocimiento y desarrollo, nuestra intención es que vuestros hijos se conviertan, sencillamente, en pequeñas-grandes personas. Ese será parte de nuestro éxito y nuestra mayor satisfacción.

¡Hasta el próximo post, queridos papás!

Fuente: Fdez. Olmo, G. “Desarrollo de la capacidad infantil” (2010).

sábado, 17 de noviembre de 2012

Escuela infantil y familia.


Como estimuladores del desarrollo socio-afectivo del niño, papás y profesoras compartimos la responsabilidad de tratar de entender los problemas que pueden surgir a lo largo del desarrollo y que, si no se tratan adecuadamente, pueden dificultar un aprendizaje óptimo en el que la futura personalidad del niño puede quedar comprometida. Hay que tener en cuenta que, para ser efectivos, los patrones educativos deben incidir significativamente en la conducta del niño provocando determinadas actitudes o bien modificándolas para lograr un ajuste más positivo.

Lo primero que debemos tener en cuenta es la importancia del ámbito familiar y escolar en la integración del niño en la sociedad. Tenéis que saber que los mecanismos de aprendizaje por condicionamiento, imitación de modelos e identificación se ponen en juego en estas edades tempranas. Esta identificación es un mecanismo inconsciente que se establece con los padres debido al nexo afectivo, en el sentido de que lo que vosotros “representáis” es lo único que inicialmente conoce el niño.

Por otro lado, la disciplina es otro mecanismo que generalmente implica el uso de condicionantes que, teóricamente (y sólo teóricamente), determinarán en el niño un tipo de conducta. Por eso mucho cuidado, papás: la disciplina puede ser fuente de autonomía o de dependencia. Toda disciplina que no implique la posibilidad de que el niño cuestione su conducta y escoja opciones posibles nunca es positiva. De hecho, la identificación tiene mayor efectividad que la disciplina, y tanto en la familia como en el Centro debe suponer el mecanismo prioritario de aprendizaje en los niños.

Por todo ello, nosotras somos conscientes de que nuestro trabajo es una especie de “aporte compensatorio e integrador” de las diferencias individuales. La teoría nos dice que tal compensación consiste en:

  • Respetar la individualidad de cada niño superando marcos referenciales homogeneizantes (os lo traducimos: el niño no debe ser comparado ni evaluado en relación al grupo, sino a su mismo progreso personal).
  • Admitir la diversidad como algo consustancial a la Escuela (os lo traducimos: no nos basamos en patrones fijos de esquemas educativos sino en la adaptación de la personalidad y circunstancias de vuestros hijos).

En definitiva, se trata de establecer flexibilidad en el planteamiento de actividades. La “seño” parte del conocimiento de cada niño y, si bien se requiere en toda escuela infantil una metodología global, se mantiene una estrecha interdependencia entre las facetas del niño atendiendo a las distintas demandas que cada uno exija.

Pero para nosotras, queridos papás, la idea de “comunidad educativa” no implica exclusivamente la influencia de nuestro Centro sino el hecho de que todos los que incidimos en la formación del niño (vosotros, nosotras, sus abuelitos o cualquier elemento de influencia de su entorno) trabajemos conjuntamente, cada uno desde nuestro ámbito, en la consecución de unos objetivos propuestos y asumidos por todos. De ello dependerá, en gran medida, el resultado en la formación de vuestro hijo.

¡Hasta el próximo post, queridos papás!

Fuente: Pérez, M. y Calzada, P.: “Escuela infantil y familia” (1991).

sábado, 10 de noviembre de 2012

Lectura e interpretación de imágenes (bits de inteligencia)


Todas las escuelas infantiles utilizamos los bits de inteligencia y en “Mis Amigos” ha sido una constante desde sus inicios en 1995. Pero, ¿en qué consiste realmente ese método?

El método de los bits de inteligencia se basa en la psicología infantil y en las exigencias de estimulación, ya que tienen como objetivo satisfacer la curiosidad infantil. En realidad no están concebidos como método de aprendizaje directo, sino que constituyen estímulos visuales que los niños perciben como un juego (como si fueran “cromos muy grandes”). Tengamos en cuenta que los niños están ávidos de información y que tienen una gran capacidad para almacenarla y en ese contexto, la eficacia de la estimulación depende de la cantidad y calidad de estímulos… algo de lo que proveen eficazmente los bits.

Los objetivos de estos “cromos muy grandes” (bits de inteligencia) son los siguientes:
  • Creación de ideas previas.
  • Desarrollo de las redes neuronales.
  • Desarrollo de las vías visuales y auditivas.
  • Desarrollo de la inteligencia potencial de los niños.
  • Alimentar y prolongar la curiosidad de los niños.
  • Favorecer el crecimiento cerebral y el perfeccionamiento de las vías neuronales.
  • Potenciar la motivación del niño.

Los contenidos los agrupamos por categorías (por ejemplo flores, animales, peces, matemáticas, lectura…). En el fondo hay dos criterios válidos para elegir las categorías o contenidos: el interés de los niños y/o el interés de la “seño”. La clave del éxito está en la rapidez de la novedad y en la alegría. De este modo, presentamos a los niños las láminas de una o varias categorías enunciando en voz alta el nombre de cada bit. Y tenemos que crear la sesión de la forma más rápida posible, en un ambiente lúdico, de expectación y de silencio, para no “perderse las sorpresas que van a aparecer”.

Sin embargo, a partir de este método del sistema Doman también promovemos otras actividades a partir de los bits:

  • actividades para discriminar el color (“Marcos, ¿qué colores tienen?; ¿de qué color es el árbol?”).
  • actividades de espacio (“Patricia, ¿dónde está el pez?”).
  • actividades de enumeración (“Pablo, ¿cuántos ojos tiene?; ¿cuántas aletas?”).

Una vez utilizadas, las láminas las dejamos en una caja para que sean los niños quienes las clasifiquen (ponen en un bloque las aves, en otro las plantas…), las ordenen (animales grandes, animales pequeños…).

Repetimos: es importante tener bien presente que el objetivo primario de este método no es enseñar sino estimular las áreas cerebrales de la vista y el oído. Ningún bit constituye un estímulo tan importante que sea fundamental percibirlo. De hecho, un niño ausente que volviera a la Escuela tras un posible periodo de convalecencia recibiría otros estímulos tan eficaces como los anteriormente percibidos y se integraría fácilmente con sus compañeros pudiendo seguir con normalidad el ritmo del grupo.

¡Hasta el próximo post, queridos papás!

Fuente: Sarramona, J. “Fundamentos de educación” (1999).

sábado, 3 de noviembre de 2012

Algunos consejos para el TDAH (Trastornos por Déficit de Atención e Hiperactividad)


Las profesoras suelen, en general, ser las primeras en observar comportamientos relacionados con el TDAH y pueden ofrecer oportuna información para el diagnóstico. Evidentemente, es aconsejable que los padres y madres comprendáis en qué consiste el trastorno, así como la naturaleza involuntaria de la gran mayoría de los síntomas. En relación a esto, los expertos ponen a nuestra disposición determinadas orientaciones que nos ayudarán a canalizar adecuadamente el comportamiento del niño:

  • Es aconsejable hacer que su mundo sea previsible contándole las actividades y rutinas diarias por anticipado, cooperando y participando en la elección de tareas y el establecimiento de unas normas mínimas consensuadas en horarios de sueño, comida, tareas y esparcimiento que deben estar razonablemente ordenados.
  • Es favorecedor para el niño organizar actividades familiares en las que se involucren todos los miembros (actividades artísticas o lúdicas que favorezcan un clima afectivo y positivo).
  • No es bueno aislarse familiar ni socialmente como consecuencia de las conductas disruptivas del niño, sino dotar al mismo de habilidades sociales que le permitan una feliz convivencia en sociedad.
  • Es aconsejable anticiparse a las conductas del niño: se puede “controlar” la tendencia a querer tocarlo todo proporcionándole, por ejemplo, un juguete para manipular en situaciones que le obliguen a permanecer mucho tiempo sentado o en espera.
  • Es más efectivo reforzar las conductas cuando el niño las está llevando a cabo que reprenderle cuando ha hecho algo inadecuado.
  • Los límites y normas pueden estar claramente delimitados a través de carteles recordatorios, haciendo los padres de modelos correctos de conducta y explicando qué comportamientos son adecuados y cuáles no.
  • El plan de intervención en el ámbito familiar debe estar íntimamente ligado al que establecemos en la Escuela. Tanto en la familia como en el Centro, podremos detectar el TDAH si el niño presenta las siguientes características:
      1. Es muy movido y sin un sentido claro.
      2. Tiene rabietas incontrolables.
      3. No sigue un orden en las actividades, ni se entretiene con ninguna.
      4. Necesita mucha supervisión.
Con el tiempo, los niños que padecen TDAH tienden a ser menos hiperactivos e impulsivos pero, con frecuencia, siguen teniendo problemas de falta de atención, distracción y organización. Sin embargo, no puede considerarse un problema patológico en los niños que no presentan una sintomatología conflictiva.

¿Sabéis, como detalle curioso, que el mayor medallista olímpico de natación de todos los tiempos (Michael Phelps) fue diagnosticado con TDAH en su niñez? Si alguno de vuestros hijos se convierte, en el futuro, en una persona de tal relevancia internacional podremos decir que dio sus primeros pasos en “Mis Amigos”.

¡Hasta el próximo post, queridos papás!

Fuente: I. Orjales Villar. “Déficit de atención con hiperactividad” (1999)

domingo, 28 de octubre de 2012

Evaluando el lenguaje de los alumnos.


En el post de hoy queremos presentaros las estrategias para la evaluación de algo tan importante para vuestros hijos como el lenguaje. La exploración del lenguaje oral espontáneo, para niños muy pequeños, se lleva a cabo fundamentalmente en una conversación informal o en situaciones de juego. Y no, no vamos a hacerlo tomando como referencia temas como “la evolución de la prima de riesgo y su influencia en los índices interbancarios”. Son conversaciones incitadas por las “seños” a modo de estrategias básicas que son repetidamente utilizadas, especialmente en pruebas estandarizadas:

  •  La evaluación de la discriminación auditiva trata de provocar un movimiento de cabeza (lenguaje gestual) para lo que la profesora produce un ruido fuera del campo visual del niño.
  • La evaluación de la articulación se lleva a cabo mediante la imitación (lenguaje expresivo) para lo que la profesora dice una palabra y el niño la repite, y mediante la denominación, para lo que la profesora muestra una imagen y el niño dice su nombre.
  •  La evaluación de la comprensión se lleva a cabo mediante la muestra (lenguaje comprensivo) donde la profesora presenta dos o más objetos y nombra uno de ellos para que el niño lo señale. Mediante la categorización, la profesora proporciona distintos términos a incluir en categorías o distintas categorías para las que busca términos. Mediante la denominación (lenguaje expresivo) la profesora presenta dos o más objetos y, señalando uno de ellos, pregunta: “¿esto qué es?”.
  • La evaluación de la sintaxis se lleva a cabo mediante la incitación o inducción (lenguaje expresivo) por el cual se presenta al niño una lámina con una escena dinámica y la profesora pregunta: “¿qué está pasando aquí?” Mediante la narración se le pide al niño que cuente un cuento.
  • La evaluación de la pragmática (en el sentido de la relación con el contexto) se lleva a cabo mediante la generación de la necesidad (lenguaje expresivo) por la cual la profesora retira un objeto deseado para provocar, por parte del niño, su petición.

Otro día os hablaremos de las vías clásicas en el análisis utilizado frecuentemente en los primeros estadios del niño (en las edades comprendidas en el ciclo de nuestro centro). De momento adelantaremos que, independientemente de los protocolos y técnicas más o menos estandarizadas, hay un hecho que nunca deja de darse por parte de las “seños” y que concluye en el continuo análisis de seguimiento: la observación directa (lo que quiere decir, en términos llanos, que nuestros alumnos –vuestros hijos- no pierden ojo… pero el ojo experto de la “seño” tampoco pierde una).

¡Hasta el próximo post, queridos papás.

Fuente: “El conocimiento del lenguaje; su naturaleza, origen y uso”. Noam Chomsky, 1989.

sábado, 20 de octubre de 2012

El desarrollo del lenguaje


Es evidente que el trabajo con la expresión oral en las aulas reviste una importancia indudable. El lenguaje es un elemento indispensable para la interacción social, para el desarrollo del pensamiento lógico y el vehículo por el que va a llegar al niño casi toda la información del entorno que le rodea. Por eso es fundamental que en el aula se planteen una serie de actividades, en diferentes situaciones comunicativas, que favorezcan el desarrollo de la imaginación y la creatividad.

Aunque en las fichas de evaluación trimestral que recibiréis se exponen resumidamente una serie de objetivos evaluados, nos parece interesante ampliaros la información de lo que pretendemos de una forma más detallada (algo que forma parte del proyecto curricular). Así, como objetivos generales, en nuestra Escuela –y evidentemente en casi todas- se persiguen los siguientes:
  • Ampliar la competencia comunicativa.
  • Favorecer el desarrollo del lenguaje en los diversos usos y funciones: situaciones informales de juego, diálogo espontáneo con los compañeros, o incluso situaciones con incitación a un lenguaje más expositivo y argumentativo.
  • Fomentar los textos tradicionales o nuevos.
  • Afianzar el vocabulario básico e introducirlo en términos que pertenezcan al de ampliación (más específico a la conversación o contexto provocado).

 En definitiva, se trata de buscar un buen desarrollo verbal del niño, principalmente mediante el juego, con objeto de que le resulte atractivo y le entretenga. Sin embargo, entre otros, los objetivos más específicos que se persiguen (dentro de los generales) buscan ahondar en desarrollos metodológicos que ayudarán al niño a afrontar con mayor disposición las siguientes etapas de su educación (el famoso “cole de mayores”, una vez tenga que dejar nuestro Centro). Por eso nuestras profes trabajan buscando –entre otros- los siguientes aspectos del desarrollo verbal de vuestros hijos:
  • Conseguir una correcta articulación silábica y fluidez articulatoria.
  • Discriminar fonemas vocálicos y consonánticos (de mayor o menor dificultad) y sonidos onomatopéyicos.
  • Fomentar la comunicación e intercambio entre los niños con una correcta interpretación de los mensajes.
  • Fomentar los diversos modos de creación lingüística y literaria.
  • Conocer cuentos, poesías, adivinanzas, etc. (variedad de textos orales) tanto tradicionales como nuevas.
  • Iniciar en la intención representativa de forma simbólica.

La metodología que se utiliza no dista en sus características generales de la que se lleva a cabo en otras escuelas infantiles. Es activa y participativa, en la que el niño es –lógicamente- el principal elemento implicado. Para ello se crea en el aula un clima de estimulación de forma que se potencie la participación del alumno y la interacción con sus compañeros (fomentando diálogos en clase). Evidentemente se proponen materiales, pero especialmente los que puedan haber sido creados por los propios niños. Pero principalmente empleamos los juegos, mediante los que buscamos la implicación al lenguaje consiguiendo un entorno agradable y de gran provecho para nuestros alumnos.

¡Hasta el próximo post, queridos papás!

Fuente: “Ayudar a enseñar”. Daniel Feldman, 1999.

domingo, 14 de octubre de 2012

Sonido y silencio


En la primera infancia, el niño se encuentra enteramente receptivo a los estímulos sonoros del mundo exterior, que gradualmente se irán elaborando e integrando en la conciencia. La receptividad sensorial expresada a través de los diversos medios (movimiento, gestos, lenguaje…) evoluciona de forma muy significativa en los primeros años. Las sensibilidades visual, auditiva y táctil encuentran en el entorno el marco idóneo para su desarrollo. 

Los niños se acercan a los distintos sonidos de su realidad más próxima, los perciben, experimentan con ellos, observan cómo existen características comunes y diferenciales entre los mismos. Desde pequeños van buscando con la mirada el sonido percibido, rechazan los sonidos estridentes o ruidosos, juegan a reproducir lo que han oído, reconocen pequeñas melodías y canciones, clasifican y ordenen sonidos ejercitando con ello la memoria auditiva… Al mismo tiempo, van descubriendo cómo forman parte y pueden ser protagonistas de su propio entorno sonoro puesto que no sólo son receptores, sino también “productores”.

Los elementos de la formación auditiva son tanto el sonido como el silencio. En efecto, este último forma parte de la educación de los sentidos y ocupa un lugar privilegiado en la educación musical del niño, ya que la adquisición de la noción del silencio y su posterior automatismo llegan como una consecuencia normal de las vivencias del sonido. Los estímulos naturales del medio ambiente tales como el sonido de los coches, el silbar del viento, etc., son muy útiles para lograr una actitud de atención, necesaria a cualquier experiencia auditiva. Pero también es importante que los niños sean sensibles al silencio, y es que la “vivencia del silencio” aleja de los ruidos del entorno conduciendo al despertar de la audición interior, al desarrollo de la capacidad de concentración, incluso a la adquisición del sentido del orden.

En las audiciones musicales en clase, se aborda el silencio desde una doble vertiente: llevando a cabo una interrupción más o menos prolongada del sonido, el canto o el instrumento y utilizando ese silencio con algún significado expresivo (el reconocimiento de un paisaje, una acción, una canción o la definición de un instrumento, por ejemplo). Hay muchos, pero enunciamos aquí algunos de los juegos que ponemos en práctica para experimentar con el sonido y el silencio:

  • Bailar al ritmo de diferentes tipos de música y, al parar, convertirse en “estatuas” (completo silencio y ausencia de movilidad –ruidos-).
  • Estar en silencio y hablar cada vez un poco más alto, para ir bajando luego el tono de la voz hasta llegar de nuevo al silencio.
  • Reconocer sonidos producidos por objetos cotidianos (puerta, silla…), por elementos ambientales, por distintas partes del cuerpo…
  • Llenar una cesta con varios juguetes cuyo sonido pueda grabarse (coche, perro, pelota, silbato…). A medida que se oye el sonido de la grabación, el niño buscará y colocará ordenadamente el juguete correspondiente.
  • Diferenciar sonidos débiles de los fuertes.
  • Cantar canciones o recitar poesías donde una frase se diga en voz alta y otra interiormente.

Por todo ello, al emplear la música en la enseñanza se incluye el silencio como parte integrante. Inculcar los elementos previos de atención o posterior reflexión es fundamental para que el niño asuma en su totalidad una comprensión global de los procesos.

¡Hasta el próximo post, queridos papás!

Fuente: Isabel Gallego. “Música y didáctica”, 2002.

miércoles, 10 de octubre de 2012

La importancia de la psicomotricidad


Como muchos sabéis, entre el nacimiento del bebé y hasta los 2 años los peques van “sufriendo” una transformación motriz que debe canalizarse adecuadamente, transformación que se ve influida principalmente por su desarrollo neuromuscular y su desarrollo psicológico. Por medio del primero, adquirirá la capacidad de coordinar una correcta evolución de las posturas (levantar la cabeza, sentarse, empezar a caminar, distintas manipulaciones…) y, por el segundo, evidenciará sus manifestaciones afectivas y cognitivas.

Hoy queremos centrarnos, dentro del desarrollo motor, en la evolución de los grupos de movimiento: los reflejos (innatos, las primeras manifestaciones motrices no conscientes), los voluntarios (controlados, intencionales que requieren coordinación muscular en la búsqueda de un objetivo) y los automáticos (voluntarios sin representación mental por causa de repetición constante).

Las adquisiciones o evoluciones motoras no deben entenderse como logros independientes unos de otros. El desarrollo motor es consecuencia de una acción conjunta en la programación “madurativa” en relación a las circunstancias ambientales y las características del propio bebé. Pero para no convertir esta entrada en una presunta exposición docente, hoy vamos a relataros sucintamente el desarrollo de la “evolución de la marcha”, es decir, lo que comprende las secuencias de la postura para la locomoción en el niño en la etapa que comprende el ciclo que nuestra Escuela atiende: el primero (hasta los 3 años, como bien sabéis). Por supuesto, es una generalización basada en numerosos estudios del desarrollo psicomotriz, pero os pueden servir como guía de referencia para vuestra propia observación:

- Hacia los 3 meses, el niño ya logra mantener la cabeza en posición firme y recta, lo cual resulta fundamental en el propio objetivo de la verticalidad. ¿Sus próximas metas? Sentarse, gatear y caminar. De esta forma, poco a poco van logrando la coordinación dinámica general (pero tranquila, mamá: todavía no se te va a colar en la lavadora).

- A los 6 meses, el bebé ya se mantiene sentado con apoyo, aunque su posición no es del todo estable ya que el tronco y las piernas todavía permanecen pasivos, manteniéndose estas últimas en posición de flexión (vamos, como un pollito de peluche con muelle… pero con pañales).

- A los 7 meses ya se logra sentar durante ciertos momentos sin necesidad de apoyo. Ya no se cae hacia atrás o hacia un lado. A los 8 meses se mantiene parado con apoyo (todo un campeón/a).

- Y a los 9 meses, el niño es capaz se sostenerse de pie por sí mismo con las manos, pudiendo permanecer parado agarrándose a la barandilla de la cuna o el parque (de nuevo, tranquila: mientras no le proveas de una pértiga, no saldrá de ahí).

- A los 10 meses se para y se sienta él solo, aunque sus movimientos son poco coordinados .Todavía le falta independencia y equilibrio para estar de pie y necesita una base de apoyo –mesa, silla, etc. (no, papá, no te hagas ilusiones: la mesa y la silla todavía no son para sacarse un máster).

- A los 11 meses comienzan los primeros pasos, siempre apoyado en su desplazamiento por las dos manos (el verdadero terror por la integridad de los regalos decorativos familiares).

- A los 12 meses ya camina agarrado de una sola mano. A los 15 lo hará sin ayuda. A partir de ahora ya logra seguridad y equilibrio, y sus pasos se vuelven más regulares (lo que no quiere decir que ya se le puedan dar las llaves de casa, no…).

- A los 24 meses, esos pasos ya adquieren rapidez. Pasan de la marcha a la carrera mejorando notablemente la coordinación dinámica general. Ya ha afirmado su equilibrio dinámico (a los padres entusiastas diremos que es algo pronto para pensar que el niño se nos hará un Messi).

- A partir de los 2 años realiza simultáneamente desplazamientos y actividades con las manos. Ya puede correr sin caerse aunque todavía no domine el control de la detención (freno inhibitorio) que irá adquiriendo a partir de ahora (no, la raqueta de tenis todavía es grande para él/ella; quizá la de ping-pong…).

- A los 3 años perfecciona toda su motricidad gruesa. Puede caminar de puntillas, mantenerse en equilibrio sobre un pie, subir escalones alternando los pies –aunque para bajarlos necesita apoyarlos en el mismo escalón- (¿los Juegos Olímpicos? Paciencia, paciencia…).

Aunque algunos ya lo sabéis, en la Escuela convertimos periódicamente una de nuestras aulas en un taller de psicomotricidad. La estimulación del desarrollo motriz troncal es un importante paso previo a la motricidad gráfica, de la que os hablaremos en otro post. Mientras tanto, trabajamos para que los niños potencien su desarrollo en el equilibrio del movimiento (que es base fundamental para sus habilidades perceptivas).

¡Hasta el siguiente post, queridos papás!

(Fuente: RIGAL / KOUPERNIK. Desarrollo motor del niño de 0 a 6 años).

martes, 9 de octubre de 2012

¡Pues aquí estamos!
Ahora tenemos un nuevo blog, donde trataremos que proveeros de información y experiencias que ayuden a enriquecerenos a todos: a nuestras seños, a nuestros papás, a nuestros amigos y, sobre todo... ¡a nuestros peques!
Ojalá que podamos establecer un canal de gran provecho. ¿Os animáis a seguirnos y ayudarnos con vuestros comentarios?
¡Gracias por estar ahí!