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sábado, 20 de octubre de 2012

El desarrollo del lenguaje


Es evidente que el trabajo con la expresión oral en las aulas reviste una importancia indudable. El lenguaje es un elemento indispensable para la interacción social, para el desarrollo del pensamiento lógico y el vehículo por el que va a llegar al niño casi toda la información del entorno que le rodea. Por eso es fundamental que en el aula se planteen una serie de actividades, en diferentes situaciones comunicativas, que favorezcan el desarrollo de la imaginación y la creatividad.

Aunque en las fichas de evaluación trimestral que recibiréis se exponen resumidamente una serie de objetivos evaluados, nos parece interesante ampliaros la información de lo que pretendemos de una forma más detallada (algo que forma parte del proyecto curricular). Así, como objetivos generales, en nuestra Escuela –y evidentemente en casi todas- se persiguen los siguientes:
  • Ampliar la competencia comunicativa.
  • Favorecer el desarrollo del lenguaje en los diversos usos y funciones: situaciones informales de juego, diálogo espontáneo con los compañeros, o incluso situaciones con incitación a un lenguaje más expositivo y argumentativo.
  • Fomentar los textos tradicionales o nuevos.
  • Afianzar el vocabulario básico e introducirlo en términos que pertenezcan al de ampliación (más específico a la conversación o contexto provocado).

 En definitiva, se trata de buscar un buen desarrollo verbal del niño, principalmente mediante el juego, con objeto de que le resulte atractivo y le entretenga. Sin embargo, entre otros, los objetivos más específicos que se persiguen (dentro de los generales) buscan ahondar en desarrollos metodológicos que ayudarán al niño a afrontar con mayor disposición las siguientes etapas de su educación (el famoso “cole de mayores”, una vez tenga que dejar nuestro Centro). Por eso nuestras profes trabajan buscando –entre otros- los siguientes aspectos del desarrollo verbal de vuestros hijos:
  • Conseguir una correcta articulación silábica y fluidez articulatoria.
  • Discriminar fonemas vocálicos y consonánticos (de mayor o menor dificultad) y sonidos onomatopéyicos.
  • Fomentar la comunicación e intercambio entre los niños con una correcta interpretación de los mensajes.
  • Fomentar los diversos modos de creación lingüística y literaria.
  • Conocer cuentos, poesías, adivinanzas, etc. (variedad de textos orales) tanto tradicionales como nuevas.
  • Iniciar en la intención representativa de forma simbólica.

La metodología que se utiliza no dista en sus características generales de la que se lleva a cabo en otras escuelas infantiles. Es activa y participativa, en la que el niño es –lógicamente- el principal elemento implicado. Para ello se crea en el aula un clima de estimulación de forma que se potencie la participación del alumno y la interacción con sus compañeros (fomentando diálogos en clase). Evidentemente se proponen materiales, pero especialmente los que puedan haber sido creados por los propios niños. Pero principalmente empleamos los juegos, mediante los que buscamos la implicación al lenguaje consiguiendo un entorno agradable y de gran provecho para nuestros alumnos.

¡Hasta el próximo post, queridos papás!

Fuente: “Ayudar a enseñar”. Daniel Feldman, 1999.