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sábado, 24 de noviembre de 2012

Las áreas curriculares en la Educación Infantil


Como podréis observar en las evaluaciones trimestrales que durante los cursos se llevarán a cabo, los bloques se estructuran en 3 grandes grupos principales de acción pedagógica que constituyen el “ámbito de experiencia”.

Esta expresión -ámbitos de experiencia- no es casual y se contrapone con los conceptos de “área de conocimiento” y de “asignatura”, que vuestros hijos cubrirán en tramos educativos posteriores a los de nuestro Centro (es decir, cuando “sean mayores”). Lo que se quiere significar con esta expresión “ámbito de experiencia” es que estamos más ante actividades que los niños han de realizar para lograr determinados objetivos educativos que ante conceptos o contenidos que han de ser transmitidos por adultos. Sin embargo, no podemos obviar el carácter de globalidad de lo que nuestros alumnos hacen o aprenden, lo que evidentemente no se opone –y más bien propone- a que nuestras profes persigan objetivos más específicos en la educación y desarrollo de una actividad u otra.

Pues bien: esos tres conocidos grupos que os presentamos en las evaluaciones tienen su por qué y vamos a pasar a explicarlos.

  • Identidad y Autonomía Personal: hace referencia al progresivo conocimiento que los niños van adquiriendo de sí mismos, a la autoimagen que a través de este conocimiento va configurándose y a la capacidad para utilizar los recursos personales que en cada momento dispongan. En este proceso de identidad y autonomía resultan relevantes, además de la calidad de las interacciones del niño con el entorno, el creciente control motor, la constatación de sus posibilidades y limitaciones, el difícil proceso de diferenciación de los otros y la cada vez mayor independencia con respecto a los adultos. Los contenidos de este ámbito vienen recogidos en 4 bloques: el cuerpo y el movimiento; el conocimiento e imagen de sí mismo; la salud y el cuidado de sí mismo; y la vida en sociedad.

  • Medio Físico y Social: ligado necesariamente al anterior, hace mención a la ampliación progresiva del medio del niño y al conocimiento de la realidad física y social que debe poseer. Este conocimiento implica, además de una determinada representación del mundo, la existencia de sentimientos de pertenencia, de respeto, de interés, de valoración de todos los elementos que lo integran. Los contenidos de este ámbito vienen recogidos en 3 grupos: el acercamiento a la naturaleza; el acercamiento a la cultura; y los objetos y la actividad con ellos.

  • Comunicación y Representación: su sentido fundamental es la mediación en las relaciones entre el individuo y el medio. Las distintas formas de comunicación y representación (verbal, gestual, musical…) sirven de nexo entre el mundo interior y el exterior. Son instrumentos que posibilitan las interacciones, el conocimiento y también la representación, así como la expresión de pensamientos, sentimientos, vivencias… El desarrollo de los aspectos comunicativos, lingüísticos y expresivos guarda, por tanto, una relación estrecha con el de los considerados en las áreas anteriores. Los contenidos de este ámbito vienen recogidos en 5 grupos: expresión corporal; expresión plástica; expresión musical; uso y conocimiento de la lengua; y expresión matemática.


Esta es la estructuración de un proyecto curricular. Sin embargo, queridos papás, hay algo que las profes no vamos a eliminar de nuestra particular perspectiva: a pesar de estructuraciones, definiciones y bloques de conocimiento y desarrollo, nuestra intención es que vuestros hijos se conviertan, sencillamente, en pequeñas-grandes personas. Ese será parte de nuestro éxito y nuestra mayor satisfacción.

¡Hasta el próximo post, queridos papás!

Fuente: Fdez. Olmo, G. “Desarrollo de la capacidad infantil” (2010).