Todas
las escuelas infantiles utilizamos los bits de inteligencia y en “Mis Amigos”
ha sido una constante desde sus inicios en 1995. Pero, ¿en qué consiste
realmente ese método?
El
método de los bits de inteligencia se basa en la psicología infantil y en las
exigencias de estimulación, ya que tienen como objetivo satisfacer la
curiosidad infantil. En realidad no están concebidos como método de aprendizaje
directo, sino que constituyen estímulos visuales que los niños perciben como un
juego (como si fueran “cromos muy grandes”). Tengamos en cuenta que los niños
están ávidos de información y que tienen una gran capacidad para almacenarla y
en ese contexto, la eficacia de la estimulación depende de la cantidad y
calidad de estímulos… algo de lo que proveen eficazmente los bits.
Los
objetivos de estos “cromos muy grandes” (bits de inteligencia) son los
siguientes:
- Creación de ideas previas.
- Desarrollo de las redes neuronales.
- Desarrollo de las vías visuales y auditivas.
- Desarrollo de la inteligencia potencial de los niños.
- Alimentar y prolongar la curiosidad de los niños.
- Favorecer el crecimiento cerebral y el perfeccionamiento de las vías neuronales.
- Potenciar la motivación del niño.
Los
contenidos los agrupamos por categorías (por ejemplo flores, animales, peces,
matemáticas, lectura…). En el fondo hay dos criterios válidos para elegir las
categorías o contenidos: el interés de los niños y/o el interés de la “seño”. La
clave del éxito está en la rapidez de la novedad y en la alegría. De este modo,
presentamos a los niños las láminas de una o varias categorías enunciando en
voz alta el nombre de cada bit. Y tenemos que crear la sesión de la forma más
rápida posible, en un ambiente lúdico, de expectación y de silencio, para no “perderse
las sorpresas que van a aparecer”.
Sin
embargo, a partir de este método del sistema Doman también promovemos otras
actividades a partir de los bits:
- actividades para discriminar el color (“Marcos, ¿qué colores tienen?; ¿de qué color es el árbol?”).
- actividades de espacio (“Patricia, ¿dónde está el pez?”).
- actividades de enumeración (“Pablo, ¿cuántos ojos tiene?; ¿cuántas aletas?”).
Una
vez utilizadas, las láminas las dejamos en una caja para que sean los niños
quienes las clasifiquen (ponen en un bloque las aves, en otro las plantas…),
las ordenen (animales grandes, animales pequeños…).
Repetimos:
es importante tener bien presente que el objetivo primario de este método no es
enseñar sino estimular las áreas cerebrales de la vista y el oído. Ningún bit
constituye un estímulo tan importante que sea fundamental percibirlo. De hecho,
un niño ausente que volviera a la Escuela tras un posible periodo de
convalecencia recibiría otros estímulos tan eficaces como los anteriormente
percibidos y se integraría fácilmente con sus compañeros pudiendo seguir con
normalidad el ritmo del grupo.
¡Hasta
el próximo post, queridos papás!
Fuente: Sarramona, J. “Fundamentos
de educación” (1999).