www.facebook.com/EscuelaInfantilMisAmigos

sábado, 22 de diciembre de 2012

Navidad y familia.


Un año más, nos encontramos en la época de las ilusiones, de la disposición a nuestra entrega, nuestros propósitos de crecimiento y mejora como personas… Sabéis, por otro lado, que nuestra Escuela se caracteriza por su ideal cristiano y esta es una gran ocasión para reflexionar, también en ese aspecto, si nuestras acciones trascienden el mero criterio de la tradición y la costumbre. Este no es un post presentado exclusivamente en una línea docente, queridos papis; seguramente no está orientado a todas las familias de nuestras fieras, quizá porque en ese sentido concreto (el de la formación cristiana) no todos compartáis esos criterios de formación. Aun así, permitidnos que seamos fieles a nuestro ideal e incluyamos aquí unas sugerencias para estas fechas que persiguen la reflexión interna en ese sentido.

Estos días es conveniente reflexionar sobre el tiempo de Adviento: quedan pocos días para rememorar que un niño nace, un hecho que sella la identificación de Dios con el hombre. Pero es una época para orientar nuestros actos tanto en esa introversión propia como en la extroversión y, en este sentido, es bueno que pensemos en propósitos orientados a facilitar, acomodar, beneficiar a aquellos que nos rodean.

Puede ser un buen momento para escribir una felicitación de Navidad a aquella persona de la que nos encontramos alejados. Quizá conocemos alguna persona que en estos momentos está atravesando por un periodo de necesidad (y no nos referimos únicamente a la necesidad material: posiblemente sólo espere un detalle de cariño, que para él/ella constituye un gran regalo). Puede que esa persona se encuentre sola, que no tenga la cercanía de las personas que quisiera… y nosotros podemos ser un apoyo anímico importante.

Los regalos de estos días alcanzan normalmente el entorno de nuestra familia. Sin embargo, quizá sea un buen momento de proponerse extender un poco más ese círculo de generosidad, quizá por medio de nuestra parroquia (aceptarán con agrado un regalo para algún niño más necesitado) o posiblemente una residencia de ancianos sea un buen destino para ese gesto. Sería conveniente que en estos detalles participasen nuestros hijos, quienes verán otra forma diferente de poner en práctica esa virtud de la generosidad. ¿Tenéis empleada de hogar? ¡Qué gran momento para tener un buen detalle con esa persona! No como una gratificación extraordinaria sino como el reconocimiento a su persona y su trabajo.

Mucho se habla del espíritu de reconciliación durante estas fechas. ¿Por qué no “renovarlo” de forma más intensa? Y os decimos “renovarlo”, queridos papis, porque ese es un concepto que jamás deberíamos perder de vista y promover constantemente en toda época del año. Es cierto que nuestros alumnos son todavía demasiado pequeños pero esta es una excelente época para evocar el perdón y el acercamiento. Cuando crezcan, cuando sean mayores, quizá hayan ido viendo en casa desde su niñez las bondades de este proceder, ¿verdad?

¿Os acordáis del no muy lejano día de Halloween? Bueno, nosotras no vamos a ir a contracorriente de las tendencias que van instaurándose en nuestras tradiciones, es cierto, aunque tenemos que confesar que personalmente somos más del día de “Todos los Santos”. Pero si bien en aquellas fechas la tradición dice que los niños van de casa en casa pidiendo dulces y caramelos… estas son unas fechas en las que la entrega es la actitud por excelencia. Quizá podamos sorprender con agrado a nuestros vecinos obsequiándoles con algunos dulces, unas pastas, algo que hayamos preparado personalmente nosotros y que acompañe esa felicitación de las fiestas…

Es cierto que para muchos son fechas muy nostálgicas pero, queridos papis, en esta vida hay que dedicar esfuerzo para casi todo y esta circunstancia también lo requiere. Es bueno evocar momentos felices (del presente y del pasado) permitiendo que estos se hagan los protagonistas en nuestras reuniones familiares “acotando” el terreno de la pesadumbre por las ausencias que todos, sin excepción, sufrimos. La alegría es elemento sintomático de estas fechas y por ella tendríamos que situar en un plano “positivista” también a aquellos que nos faltan. De esta forma, nuestros hijos intuyen que el entorno queda imbuido de alegría a pesar de las circunstancias porque, en definitiva, convendréis que ellos lo merecen, ¿verdad?

Y hablando de reuniones familiares, conviene no dejar manga ancha al exceso. No, no se trata de imponer una obligada austeridad en sintonía con los tiempos, pero nuestras compras deben ser “sometidas a control”. También en este aspecto nuestras fieras tienen mucho que aprender y es algo que (sin duda alguna) será altamente beneficioso en sus vidas. Pensemos en regalos bien orientados: olvidemos ese aspecto de “obligatoriedad” por las fechas y otorguemos a nuestros detalles, junto a los envoltorios, ese afecto que no debe faltar en el hecho de regalar. Nuestros hijos aprenderán mucho más sobre el beneficio de la entrega.

No olvidemos que el tiempo en familia es importantísimo en estas fechas. Son momentos de encuentro, de cercanía, de afectividad… Pero sobre todo, son momentos de agradecimiento y no sólo a nuestro entorno inmediato sino también (permitidnos de nuevo que aquí lo expresemos) por el determinante significado del nacimiento de un niño Dios.

¡Feliz Navidad en familia, queridos papis!

Fuente: el equipo de “Mis Amigos”.