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sábado, 2 de marzo de 2013

Cooperación entre familia y escuela (II)


En esta segunda parte sobre la cooperación entre familia y escuela ponemos nuestras miras mucho más allá. Nuestro papel en la formación de nuestros bichillos es básico y fundamental en cuanto que comienzan a establecerse las primeras claves de formación de personalidad, capacidades, hábitos y comportamiento. Podríamos decir aquí que nosotras suponemos un punto de partida en la futura carretera de la vida que completarán los peques. Por eso no nos limitamos a establecer pautas correspondientes únicamente a nuestra etapa, pues nos preocupa que el desarrollo de nuestros alumnos continúe en fase creciente en todos los aspectos. Y por eso incluimos contenidos que excederán de nuestra competencia… como el de hoy.

Una buena relación entre familia y escuela (instituto, colegio, etc.) tendrá un impacto indudablemente positivo, queridos papis, en el desarrollo y crecimiento de los niños. Pero establecer una buena relación entre familia y futuro centro es cuestión de actitudes y “pensamiento sistémico”. La mayor responsabilidad de construir estas buenas relaciones recaerá siempre en la parte profesional: escuela y profesorado, sus futuras seños o profes. Sin embargo, la familia también debe trabajar con las expectativas y actitudes que presenta hacia la escuela y la educación del niño, y trabajar con sus propios sentimientos y emociones. Una perspectiva sistémica a través de “estrategias globales desde la escuela” es siempre más efectiva que las estrategias individuales, no lo dudéis.

Padres y docentes compartimos siempre la responsabilidad de la educación de hijos y fieras (en el caso de esta entrada, futuros alumnos). Las dos partes deben cooperar y relacionarse para que la trayectoria académica del niño se desarrolle de forma coherente y en una misma dirección, pues tengamos en cuenta que todas las investigaciones y estudios realizados en torno a las relaciones entre familia y escuela ponen de manifiesto que mantener un vínculo estrecho y de participación tendrá un importante impacto en los resultados educativos del futuro estudiante. Se debe considerar entonces la cooperación entre padres, docentes y centro escolar como una herramienta efectiva para frenar el fracaso educativo y alcanzar el éxito académico.

La escuela tiene un papel primordial para lograr que el vínculo entre los miembros de la comunidad educativa -alumno, padre y seño/profe- sea más estrecho. Y el objetivo principal debe ser hacer sentir a los padres que son parte integrante del centro, como hacemos en Mis Amigos. Para conseguirlo, en ocasiones es necesario recordar desde el primer momento el lugar destacado que ocuparéis en el proceso educativo de vuestros hijos y la continuidad que deberá darse en casa al trabajo que se desarrollará en el futuro centro. Por eso siempre ha sido esencial (incluso en nuestra etapa) manteneros a las familias informadas sobre el proyecto académico del centro, los cambios que en él se aprueben y las actividades que se organicen durante el curso.

La escuela es siempre responsable del desarrollo e implantación de canales de participación familiar que faciliten el contacto entre padres, docentes y dirección, más allá de las tutorías u otros encuentros formales habituales: talleres, escuela de padres, fiestas escolares o charlas de profesionales, entre otros (os suena, ¿verdad?). Por eso hemos visto interesantes una serie de pautas que en su día tendréis que tener presentes tanto vosotros, queridos papis, como el futuro centro educativo que acoja a vuestra pulguilla:

Pautas para padres

  • Atender la demanda de tutorías o sesiones individuales de los docentes. Preparar con antelación las entrevistas para que sean lo más fructíferas posibles.
  • Respetar la figura del docente y valorar sus opiniones y recomendaciones respecto al desarrollo académico o social del estudiante.
  • Implicarse en las tareas escolares del alumno en casa e informar a los tutores si surgen problemas importantes en su realización.
  • Informar a los docentes o al centro de cualquier alteración familiar o del hogar que pueda influir en el desarrollo académico del estudiante.
  • No banalizar delante de los hijos las actividades escolares o emitir críticas negativas sobre los docentes en su presencia.
  • Participar en la medida de sus posibilidades en las actividades extraescolares que proponga el centro.
Pautas para profesores

  • Interesarse por la situación familiar del alumno para obtener la información necesaria que le ayude a atender sus necesidades individuales.
  • Escuchar las inquietudes de los padres y proponerles soluciones e ideas educativas para implementar en casa con sus hijos.
  • Utilizar con ellos un lenguaje adecuado y comprensible que les permita entender los conceptos que se tratan.
  • Hacer uso de la información e ideas que les trasmiten los padres.
  • No llamar siempre a las familias para formular quejas, sino también para mostrar su satisfacción por el buen comportamiento o los resultados positivos del alumno.
  • Adoptar acuerdos conjuntos sobre las estrategias académicas más adecuadas para mejorar o mantener el rendimiento académico del estudiante.
¡Hasta el próximo post, queridos papás!

Fuente: Siles, C. "La colaboración de los padres con la escuela" (2003)